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Francis Huidobro : “Es la hora de que la madera abandere la vanguardia de la nueva construcción»

Guiado por cuatro líneas de trabajo: internacionalización, rehabilitación, promoción y asociacionismo, Francis Huidobro hace balance de doce meses como Presidente de la Confederación Española de Empresarios de la Madera (CONFEMADERA).

Francis Huidobro cumple un año al frente de CONFEMADERA. Este empresario alavés trabaja para que la patronal del sector sea proactiva, en todos sus ámbitos de influencia, como son entre otros la negociación colectiva, la formación, el comercio interior y exterior, la investigación y el desarrollo y, también, la promoción de la madera entre los prescriptores y los consumidores.

 

¿Cómo se encuentra el sector español de la madera, que Vd. ha podido ver de cerca durante estos doce meses de presidencia en CONFEMADERA?

 

La crisis se ha llevado 6.000 empresas y 150.000 puestos de trabajo. Quedan en pie 146.000 empleados y 30.000 empresas, en su mayor parte pequeñas. Con estos actores hemos de trabajar para afrontar el futuro.

 

Estrechamente condicionado y ligado a la construcción, nuestro sector ha sido arrastrado al desastre en que aquella actividad ha incurrido. Con una salvedad: nosotros no hemos tenido sus beneficios ni sus oportunidades. Muy al contrario, les hemos financiado y sufrimos gran parte del desaguisado.

 

En su día, todos nos preparamos para servirles, y súbitamente nos quedamos con una capacidad productiva que sobrepasaba enormemente la demanda. Hemos tenido que acometer ajustes salvajes.

 

¿Qué alternativas tiene el sector para tratar de salir adelante?

 

En todos los ámbitos públicos y privados se está trabajando en activar la Rehabilitación y la Reforma como principal motor de recuperación del sector de la madera en España. Es la salida que todos vemos para optar a la supervivencia. El enorme parque de viviendas y edificios públicos con más de cincuenta años de servicio invita a concebir planes específicos de rehabilitación. Y CONFEMADERA aspira a liderarlos, porque este sector tiene mucho que decir y hacer al respecto.

 

¿Cómo se va a enfocar esta vez el estímulo a la reforma y la rehabilitación?

 

La ley que iniciara el gobierno anterior en este sentido no podía funcionar. Equivocaron los límites en I.R.P.F. y las condiciones relativas a materiales y mano de obra. A los nuevos legisladores les hemos pedido que sean realistas; que apliquen simplemente deducciones directas a quien emprenda una reforma. De esta manera reactivamos éste y otros muchos sectores, y contrarrestamos su sumergimiento y el intrusismo profesional, que a todos perjudica. Lo que no nos podemos permitir es una subida del IVA. Frenaría gravemente nuestra aspiración de resurgir en el mercado interior.

 

¿Cómo valora Vd. la imagen que tiene el sector de la madera en la sociedad?

 

Permanece escondido, o no está bien visualizado. Tiene que ser visto, como en Europa, donde la madera ha sido declarada material preferente en sostenibilidad. Con la integración del proyecto «El Árbol es Vida» en los Presupuestos Generales del Estado, creemos que ha llegado la hora de mostrar a la sociedad lo que este material y su industria somos capaces de hacer para mejorar y modernizar los métodos y técnicas de la edificación. Hemos de aprovechar ese tirón e incrementar cuota de mercado como sea. Más por precio que por cualidades técnicas, siempre nos gana la partida otro material alternativo. Es la hora de que la madera abandere la vanguardia de la nueva construcción.

 

¿Cómo ha sido en este año la gestión de la Confederación en materia de internacionalización?

 

Se han reducido los fondos para acometer planes de exportación y promoción en el exterior, pero se han unificado en torno a CONFEMADERA y FEDERMUEBLE.

Durante un año, venimos tratando de concentrar, y no dispersar, las ayudas del ICEX a la internacionalización.

En este campo, CONFEMADERA ha de ser la organización donde estemos todos, y la única. Porque si vamos allí muchos y diversos entes, más o menos potentes, a solicitar dichas ayudas, el sector se exhibe y de hecho queda debilitado.

En la práctica, no se trata de pedir dinero, sino de facilitar vías para potenciar la capacidad de las empresas de salir a vender al exterior. Entendiendo la ayuda no como un regalo, sino como una inversión; algo que pueda recuperar la administración pública.

 

Esta dilatada crisis ¿anima al asociacionismo o también lo erosiona?

 

Desgraciadamente, debido a la crisis muchos empresarios deciden prescindir de sus Asociaciones; algo que no les va a beneficiar. Abandonan porque dicen no hallar soluciones en los servicios que se les presta, pero el problema reside en que no han participado. Ni en reuniones de convenio, ni de estrategia de sector, ni de promoción… Una Asociación no es una gestoría particular y más barata. Las Asociaciones defienden intereses comunes, no de empresas o productos particulares.

 

Unidos podemos hacer fuerza, y estar donde se deciden las cosas que nos importan. Si cada uno hace la guerra por su cuenta, lo tenemos imposible. Sobre todo porque en nuestro tejido industrial dominan las pymes y micropymes.

 

En su opinión, ¿cómo se va a cerrar la próxima negociación colectiva?

 

La negociación del IV Convenio Estatal de la Madera llega en un momento muy delicado a nivel económico, financiero y sectorial. Hemos de afrontar esta coyuntura con las herramientas que la nueva Reforma Laboral, el Acuerdo Interconfederal y la negociación con los representantes sindicales nos permitan, haciendo hincapié en la necesaria flexibilidad interna, clave para favorecer la competitividad empresarial. Hoy más que nunca hemos de ser responsables y establecer el marco de las relaciones laborales que precisa nuestro sector, mirando el presente pero sin olvidar el futuro.

 

¿Qué avances se han producido en materia de formación?

 

En esta parcela somos, una vez más, proactivos. No hemos esperado la ayuda ni la orientación de nadie, sino que hemos marcado nosotros, de la mano del sector y sus profesionales, involucrando a las instituciones, el camino a seguir.

Se extingue la financiación de las asociaciones empresariales vía formación. El procedimiento ha cambiado. Por ello, debemos estar en todo momento en la punta de la lanza para proponer, argumentar y desarrollar proyectos oportunos, útiles y realistas.

 

¿Para cuándo contará el sector de la madera con una tarjeta profesional?

 

La Fundación Laboral de la Madera, en la cual está integrada CONFEMADERA, ultima este proyecto tan importante como complejo para nuestras empresas y para los profesionales afines a esta actividad. Ha sido largo y complicado, siempre al ritmo de los errores que se han detectado en el carnet de la construcción, que para algo ha sido pionero.

 

El asunto está maduro. Creo que estamos a punto de dar a luz algo que nos hará avanzar en materias capitales como la formación, la prevención o la promoción profesional. La llamada cuota de solidaridad, que va a pagar toda empresa alojada en este CNAE, éste afiliada o no a las asociaciones, reforzará de cara al futuro a éstas últimas y a los sindicatos. Es el foro de acuerdo ideal, en el que tenemos que estar todos. Que no tendrá una estructura nueva o propia (con lo cual no comportará gastos adicionales), sino que se servirá de las que ya existen.

 

¿Es posible la continuidad de todos los centros tecnológicos del país?

 

Es posible, si damos un sentido a su función y objetivos, de cara al máximo provecho para el sector al que asisten. Existen muchos y muy variados. Algunos están en dificultades. Habrá que censarlos, estudiar sinergias y potencialidades y ver los que verdaderamente se necesitan para aportar al sector una plataforma de investigación y desarrollo. En este sentido, incluyo además a las universidades. Entre todos podemos elaborar, desde la coherencia, cátedras y asignaturas específicas de la madera.

 

Concluyendo, ¿cuándo cree Vd. que se reanudará el flujo de la financiación para nuestras empresas?

 

El escenario y los hechos no son alentadores, a corto plazo. Pero sí es cierto que ya se ha tocado la tecla que había que tocar. Los bancos estaban viviendo artificialmente, valorando su stock de viviendas a precios que no son reales. Ha llegado el momento de aprovisionar a precios reales; incluso de salir al mercado con grandes rebajas. Tarde o temprano, los bancos que queden en pie estarán saneados. Una vez que esto ocurra (esperemos que sea lo antes posible), confío en que el crédito empezará a llegar.